Quizás era el anhelo de lo prohibido, o un capricho que reaparecía para recordarle la deuda pendiente. Quizás era el silencio incómodo de las rutinas cotidianas, o la intensa atracción que sentía al verle a lo lejos cada mañana.
Quizás solo era una venganza inconsciente de su frustrada, inconforme y elegida realidad.
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@caropaz_